Síndrome del Impostor: ¿Qué es y cómo afrontarlo en 2023?

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El síndrome del impostor se define como el fenómeno psicológico que lleva a una persona a dudar de sus propias capacidades, habilidades y destrezas, empujándolo a sentir que es un fraude.

Analizado en profundidad en 1978 por las psicólogas Paulina Rose Clance y Suzanne Imes, estas expertas estudiaron el comportamiento de mujeres de alto rendimiento.

Sus hallazgos los conceptualizaron a través de lo que llamaron el “fenómeno del impostor”. Ello, tras descubrir que estas mujeres no reconocían sus propias capacidades, “a pesar de los logros académicos y profesionales sobresalientes”.

En cambio, detalla su estudio, “las mujeres que experimentan el fenómeno del impostor persisten en creer que en realidad no son brillantes y han engañado a cualquiera que piense lo contrario”.

Síndrome del impostor en la actualidad

Aunque han pasado 45 años desde el primer estudio del síndrome del impostor , lo cierto es que cada vez existen más personas que padecen este mal. Incluso, Shakira y Michelle Obama, exprimera dama de los Estados Unidos, han reconocido sufrir este síndrome que, según los afectados, los lleva a creer que su “fraude” será descubierto pronto.

Lejos de ser un problema aislado, este fenómeno psicológico, según el International Journal of Behavioral Science, podría afectar al 70% de la población mundial en algún momento de su vida.

Y según un estudio del especialista McEnery, al menos 7 de cada 10 personas lo han padecido alguna vez en su vida, afectando principalmente a mujeres.

Un factor común entre las personas que padecen el síndrome del impostor es que son incapaces de asimilar sus logros, y suelen acreditar su éxito a factores como la suerte o la casualidad.

Solange Anuch, psicóloga de la Clínica Alemana, detalla a Práctico de La Tercera, que este síndrome lleva a que las personas “sobreestimen las expectativas que otros tienen de ellos, y desestiman sus méritos con escasa percepción de autoeficacia”.

Esto genera en quienes lo padecen la creencia de que están actuando un rol con competencias que no les corresponden, “porque según ellas no las tienen, por lo tanto, se ven a sí mismas como impostores”, añade la profesional.

Aunque este problema se ha vuelto común en Chile, el síndrome del impostor no está tipificado como una enfermedad en el sistema de salud del país. Pese a ello, se asocia a cuadros ansiosos y depresivos.

El origen Síndrome del impostor

Solange Anuch explica que quienes padecen de este síndrome poseen un centro de creencias nucleares de desvalorización y donde “habitualmente predomina la comparación y el desprecio por lo propio”. En efecto, las y los supuestos impostores están permanentemente comparándose con su entorno.

Para la psicóloga y docente de la Universidad del Alba de la sede Santiago, Sharon Retamal Meléndez, este síndrome “tiene diferentes niveles, y puede aparecer de manera temporal a partir de una experiencia o gatillante en particular”.

Por otro lado, puede convertirse en una situación crónica, afectando en distintas esferas de la vida. Entre ellas, en espacios personales, sociales, académicos y laborales, agrega la profesional.

Según expertos, existen distintas maneras de identificar a quienes padecen este mal. Algunas de ellas son:

• Dudas recurrentes al tomar y ejecutar decisiones
• Entablar diálogos negativos y autodescalificatorios
• Tener una mala evaluación de las propias competencias y habilidades
• Atribuir los éxitos y triunfos a factores externos
• Sentir temor constante a no cumplir las expectativas de otros
• Sabotear los propios éxitos
• Tener una actitud defensiva
• Seleccionar metas altamente desafiantes
• Caer en una alta decepción al no cumplir las metas autoimpuestas

¿Cómo afrontar el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor se puede superar, aseguran los expertos.

Amanda Reill, coach ejecutiva y experta del Harvard Business Review, asegura que la auto-eficacia es la “kryptonita” del síndrome del impostor.

Según la experta, “la creencia positiva de un individuo en su propia competencia para una tarea impacta positivamente en su desempeño”. Para ello, detalla, es relevante comprender que un fracaso entrega segundas oportunidades.

Para Solange Anuch, psicóloga de la Clínica Alemana, “el modelo de terapia cognitivo conductual es muy eficiente, puesto que va a trabajar en el centro crítico del problema: el desarrollo temprano de un falso concepto de sí mismo, creencias distorsionadas y pensamientos irracionales que aplastan al individuo”.

Otra herramienta que utilizan los expertos, es analizar los sentimientos y emociones. Para ello, recomiendan:

• Escribir los sentimientos para, al leerlo, darle una perspectiva como si se tratara de una tercera persona
• Reconocer las cualidades y limitaciones
• Evitar las comparaciones con el entorno
• Fijar metas realizables