Qué es el desarrollo sostenible en empresas

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El desarrollo sostenible es una responsabilidad para las organizaciones. Es por eso que el enfoque medioambiental social y de gobierno corporativo o ESG (por sus siglas en inglés), es fundamental para hacerse cargo de esta realidad.

En ese sentido, con la incorporación de estos criterios en las empresas se trata de integrar una visión corporativa que es capaz de avanzar bajo altos estándares que son medibles, transparentes y exigentes.

Incluso desde el periodo de pandemia las organizaciones han tomado más preocupación y también se han ocupado por incorporar estos elementos.

Sin duda que con mejores prácticas se genera mayor valor, mejor capacidad de resiliencia y de recuperación de una organización.

Desarrollo sostenible en empresas

Rodrigo Manrique es director ejecutivo de IASE México. El ejecutivo advierte que las empresas que no inviertan en formar a su equipo en principios y criterios ESG perderán competitividad.

El impacto, dice plantea Manrique, recae en costos operativos y financiero, de productividad de los empleados, de la atracción (o no) de talentos. Y podrían ser víctimas de los cambios regulatorios que los alcancen y que sean tardíos en reaccionar.

Por eso, para estar al frente de la manifestación hay que empezar por formar a los equipos para que empiecen ya a tomar decisiones de todos los días basadas en ESG, dice.

Externalidades

En esa línea, con la incorporación de criterios ESG se generan externalidades positivas como la reducción de la contaminación en las operaciones, un buen relacionamiento con las comunidades y mejoras en condiciones laborales y relacionamiento interno.

«Cuando hablamos de los criterios sostenibilidad y gobernanza estos se alinean completamente con los ODS que promueve Naciones Unidas», asegura.

Añade que «se deben generar políticas de no discriminación, de participación equitativa, de apoyo a la maternidad y paternidad, de igualdad de oportunidades, entre otros. Criterios que deben estar incorporados, por ejemplo, desde la integración del consejo de administración, del equipo directivo, de la política de remuneración», plantea Manrique.

Liderar la transformación

Históricamente los temas de beneficencia, fundaciones de asistencia pública, y hasta los de responsabilidad social han sido liderados más por mujeres.

Según Manrique esto se relaciona al desarrollo de más sensibilidad por las necesidades sociales de la comunidad, y también por un factor discriminatorio o áreas que son más feminizadas.

Sin embargo, «hoy estamos hablando de una evolución de la responsabilidad social corporativa a un tema de medición y gestión de indicadores de criterios ESG, y ahí me parece que no hay distinción de género», detalla.

El ejecutivo añade que «aunque muchas empresas tenían primero algunas áreas de responsabilidad social lideradas por mujeres, estas áreas las están haciendo responsables de la estrategia ESG transversalmente en la empresa y ahí están escogiendo a la persona más experimentada y capacitada para hacerse responsable sin distinción de género», plantea Manrique.

Green washing vs desarrollo sostenible

En materia de inversiones, hoy tanto hombres como mujeres, especialmente de las nuevas generaciones, están mejor informadas sobre la reputación, los procesos y productos y servicios orientados hacia la sostenibilidad y el desarrollo sostenible.

«Lo que hay que cuidar es que no se caiga en green washing por parte de las empresas para falsear o realizar publicaciones confusas o imprecisas sobre su compromiso con la sostenibilidad».

Pero en general las nuevas generaciones son más proclives en invertir en productos financieros que cumplan con estos criterios. Y de la misma manera están demandado los productos y servicios.

Es tan relevante que en la Unión Europea entró en vigencia una normativa que obliga a las compañías de gestión de activos a disponer de la información sobre los riesgos ESG. Por lo tanto, hay cada vez más oferta de productos y poco a poco el pequeño inversor se está acercando a este tipo de productos.